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Mi selectividad

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Recuerdo que cuando termine bachiller, parecía el día más feliz de nuestras vidas, tanto el mio como el de mis compañeros, de hecho todos hicimos una fiesta para celebrarlo y a veces costaba reconocer a algunos de mis amigos, era como si hubira pasado ya lo peor de sus vidas y estaban felices de verdad, yo les recordaba que aún quedaba una parte mala, que era la selectividad y que estabamos a menos de quince días de pasarla, pero todos me repetian que no, que lo malo ya había pasado.

En cierto modo tenían razón, puesto que es incomparable dos años de bachiller, con tres días de exámenes en los que al fin y al cabo te preguntan las cosas del último año, pero yo estaba nerviosa porque de esos exámenes dependería mi futuro.

Llego el 31 de mayo y las fiestas y alegrías habían acabado empezaban dos duras semanas de estudio intensivo, personalmente yo no tenía intención de apuntarme a ninguna academia, pero tuve la mala o la buena suerte, según se quiera ver de que, ese mismo 31 de mayo mi madre se encontró cuando estaba bajando la basura a una vecina cuya hija estaba en mi clase de bachiller, de manera que ésta le explico que su hija estaba en una academia que era muy buena y tal, asique la convenció y al día siguiente ya estaba yo apuntada. Empezaron los peores días de mi vida, menos mal que apenas fueron dos semanas.

Mi día empezaba por la mañana temprano, me levantaba y me iba al colegio donde daban algunas clases de repaso, aunque al final no iba nadie y terminaba estudiando yo sola en la biblioteca, por esta razón cambie el ir por las mañanas al colegio por quedarme estudiando en casa y hacer los deberes que me mandaban en la academia.

Por las tardes iba a dicha academia, el claustro, era terrible porque empezabamos muy temprano y tenía que comer muy pronto para salir pitando, coger el metro y darme una paliza andando hasta llegar sobre las tres a la academia, alli estaba seis horas dando las seis asignaturas que iba a tener en los exámenes de selectividad.

Trás tardes enteras entre libros, llego el día de selectividad, yo con unos kilos de menos de tanto extres y con bastante sueño de más, puesto que el primer día me levante tempranisimo para repasar, es cierto que no se debe hacer, ya que no servirá de nada, pero ya estaba despierta del nervio y necesitaba sentir que me sabía todo asíque me puse a repasr las perifrasis verbales.

Cuando llegue a la universidad había muchisíma gente allí tanto fuera como dentro de la facultad en la que me toco hacerla ( la de la escuela superior de ingenieros), aún así no fue dificíl encontrar a mis profesores y compañeros por allí todos tan nerviosos como yo, era increible todos nos preguntabamos como era posible que estuvieramos allí, si hace apenas unos días estabamos en clase de historia dando la revolución francesa.

Tan nerviosa estaba que preferí mantenerme un poco al margen de la gente, es un consejo que os doy a todos, puesto que hablar con los demás provoca un nerviosismo mayor que si te pones tus cascos y te relajas.

Cuando llegó la hora para el primer exámen ( lengua castellana y literatura) nos pusimos todos en el pasillo correspondiente, y nos fueron llamando, dijeron mi nombre entré y como no me entere me sente sin haber dejado antes la mochila en la puerta, de manera que estuve un buen rato decidiendo donde debería ponerla, hasta que vi todas en la esquina de la puerta, tuve que levantarme mientras todos me miraban como diciendo que chica más tonta, me puse bastante nerviosa pero bueno es lo que tiene ser una novata en estos temas...

Cuando nos repartieron el exámen me fije que la opción A era un texto literario y reze porque cuando le diera la vuelta hubiera alguno periodístico y gracias a Dios así fue. Me puse muy contenta y levante la vista para ver la cara de los demás que curiosamente tambíen se sonreían unos a otros al ver la suerte que habiamos tenido.

Al principio me temblaba la mano escribiendo y temía que cualquier gesto o cualquier tembleque hiciera pensar a la mujer que nos vigilaba que tenía alguna chuleta o algo, a pesar de que yo en mi vida he hecho una.

Finalmente termine el exámen con una buena impresión y en el resto me fue mucho mejor, puesto que vas mucho más tranquilo y con la confianza de saber que no es más que un exámen como los del colegio y la verdad es que eran mucho más fáciles, después de hacer tantas prácticas durante el curso eso no era nada. Aunque de vez en cuando veías a alguna chica cercana a ti llorando, trás ver el exámen, quizá porque ese tema no se lo sabía o quizás por no haber estudiado.

Sólo deciros a todos, que aunque parece mentira y que es para tranquilizar, puesto que a mi tambíen me lo han dicho muchas veces y no me lo creía, la selectividad es muy fácil y con que repases todo lo del curso se aprueba fácilmente, eso si tened cuidado con dejar de lado las específicas, que muchos pensamos que son para subir nota y que tampoco hay que estudiarlas tanto, pero al final es lo que más sube y si tienes un siete de media y solo subes un punto en la especifíca te quedas con un ocho que comparado con el resto de las notas es una nota penosa, así que poned mucha atención a los exámenes de la específica que casi os digo que son los más importantes!

un saludo

¡y suerte a todos en vuestra selectividad!