Veterinario
Veterinario

Me incliné por la rama de las ciencias influenciado por un profesor muy bueno que tuve. De entre Medicina, Farmacia, Biología y Veterinaria fui descartando. Medicina no me atraía absolutamente nada y Farmacia no me lo podía permitir familiarmente, porque lo relacionaba con el despacho farmacéutico. Me decidí por Veterinaria porque a Biología no le veía salidas en aquel momento. Creo que la Veterinaria es una carrera vocacional.
Consiste en la prevención, diagnóstico y tratamiento médico-quirúrgico de los animales. En la prevención insistimos mucho, hay que desparasitar y vacunar a los animales. Es obligación de los dueños y derecho de los animales. Cuando se ponen enfermos diagnosticamos lo que les ocurre e intentamos curarles por medio de tratamiento médico (farmacología) o bien a través de operaciones.
En la “mili” estuve en la Unidad Veterinaria de Melilla, tanto con grandes animales, caballos, como en el servicio de bromatología, que consiste en la inspección de alimentos. Allí me di cuenta de que no me gustaba ninguna de las dos cosas.
Cuando volví de la “mili” a Madrid estuve mandando currículums a laboratorios y no me salía nada. Vi un local pequeño y me animé a montar mi propia clínica. Tuve que empezar desde cero. Ahora es necesario un período de aprendizaje de dos o tres años. Lo hice como una manera de autoempleo. Esto fue hace 25 años. Antes no había competencia, en Madrid había 40 clínicas y ahora hay 700.
Para un trabajo como el mío, un veterinario senior, es decir, con más de 10 años de experiencia, vendría a cobrar un mínimo de 18.000 euros brutos anuales. Esto quiere decir que los veterinarios cobran menos que en cualquier otra rama profesional. Con los mismos años de experiencia, un abogado o ingeniero recibe un salario superior. La cuestión es que los veterinarios no tenemos convenio, así que a la hora de valorar a un veterinario se cuantifican los conocimientos, es decir, la práctica. La base científica es fundamental, pero si no van acompañados de la práctica se quedan cortos. Puedes ser un buen veterinario y que te asuste el trato con la gente, y al fin y al cabo son ellos los clientes, aunque el animal es el paciente.
Aquellas que realizan unos esfuerzos enormes en investigación y formación, sobre todo en los primeros años. También te tiene que gustar estudiar, profundizar en los temas y tender a la especialización. Aquellas personas que destacan son las que no tienen horario. En tiempo, la inversión es ilimitada. Es fundamental un buen conocimiento de idiomas, sobre todo inglés, ya que toda la literatura y las investigaciones científicas son en este idioma. Además se valora positivamente que se aporten nuevas líneas de investigación. La actividad de la clínica veterinaria está abierta a nuevas iniciativas, porque así siempre va a crecer, además de ser rentable. Por eso es muy positivo que los futuros alumnos tengan iniciativa y propongan cosas nuevas, no se limiten a venir y ya está.
Obtener resultados. Llegar a un diagnóstico, sea bueno o malo, pero llegar a él.
El trato del público. La gente viene angustiada porque alguien a quien quieren mucho está enfermo, entonces el trato es complicado. A esto se le suma que en España la gente tiene muy pocos conocimientos sanitarios. Cuando les explicas algo no lo entienden. Si les dices que el animal está mal piensan que se va a morir, cuando en realidad mueren muy pocos.
Que con una visita al veterinario está solucionado el problema y al día siguiente el animal ya tiene que estar sano. La gente no está acostumbrada a los seguimientos de los tratamientos ni a las medidas preventivas de las enfermedades, aspecto en el que hay que insistir mucho. Casi todas las consultas son por problemas, no por prevención. Además siempre les parece caro. La gente no ve toda la inversión que hay detrás. Sólo en aparataje hacen falta ahora unos 60.000 euros de inversión. Y en unos años el material se te ha quedado obsoleto, por lo que la renovación es constante. Y la renovación en formación y conocimientos también. Cada cinco años los conocimientos han variado, por lo que tienes que estar estudiando toda la vida.
Seguiría estudiando más y aprendería más idiomas, sobre todo mejorar el inglés.
Que no tenga prisa. Que la formación práctica siempre tiene que acompañar a la teórica, siempre tienen que ir juntas. Que sea humilde, que no se crea que lo sabe todo, sólo estamos abriendo una puertecita de unos pocos conocimientos. El camino es muy, muy largo y nunca se llega hasta el final. Y que tienda a la especialización, auque en España no hay especialidades (en Europa sí), sí que se puede especializar en un campo determinado.
Añadir comentario