Soy estudiante de primer año de Periodismo y me he mudado desde un pueblo de Alicante a Fuenlabrada con el esfuerzo económico y de adaptación que ello conlleva, con el fin de tener acceso a un mercado laboral más amplio. Este primer cuatrimestre no me ha gustado mucho las asignaturas, más por el modo de impartirlo de los profesores que por su contenido en sí, que creo que impartido de otra manera, me podría haber sido más ameno y ligero para estudiar.
Mi adaptación a Fuenlabrada y a la Comunidad de Madrid en general fue muy rápida, en ningún momento he echado de menos mi pueblo ni mi vida anterior, y en cuanto a notas, por muy malas que fueran las clases hasta ahora estaba yendo bien tal y como me había ido casi siempre desde Bachillerato. Esta semana ya me he quitado 2 asignaturas de encima, pero he sufrido un golpe muy bajo.
En noviembre hice un examen de una asignatura que tardé poco en asimilar que no me había salido muy bien, y comencé a concienciarme de que lo iba a suspender, teniendo que repetir el examen en junio y jugándome por tanto el futuro de la asignatura ahí. Este examen era de desarrollo y el otro de la asignatura , el cual sí he aprobado, era tipo test y respuestas cortas. Lo peor es que para aquel examen que hice en noviembre tenía tan bien estudiada la asignatura que la podía recitar de memoria, pero no entendí lo que se preguntaba y que había que responder.
Pues bien, hoy, a mitad de la tanda de exámenes de enero, me he enterado del suspenso en ese examen que tan asimilado creía y la verdad es que no me sentía así por un suspenso desde la ESO. Mi mayor miedo es defraudar a mi familia y aunque hay una parte de mi que sabe que no es para tanto y que lo puedo recuperar en junio, el hecho de pensar en todo el esfuerzo económico y en todas las esperanzas que han puesto mis padres en mi me hacen sentirme un auténtico fracaso de persona.
Cuando reacciono a un suspenso como si se me hubiera muerto un familiar se que no estoy bien, y seguramente necesite ayuda. Creo que estoy obsesionado con las notas, con aprobar y con dar una buena impresión a mis padres.
Lo primero que he hecho nada más enterarme ha sido ponerme a buscar trabajo de manera compulsiva, plantearme dejar los estudios, y eso que solo tengo 18 años. Ahora mismo no tengo consuelo y me gustaría recibir algún consejo. Muchas gracias.
Comentarios
Hola Antonio,
Es normal sentirte mal por un suspenso cuando te has esforzado y eres una persona comprometida contigo mismo y con el esfuerzo que están haciendo tus padres.
Eso habla bien de ti.
Pero jamás de los jamases deberías hablarte con tanta dureza que te haga sentir como si fuera una gran tragedia.
No hay nada malo en ti por un suspenso.
No debes pensar que no eres suficiente para seguir adelante con estos estudios o cualquier otra cosa que te propongas porque los resultados no sean los esperados.
En la universidad son mucho más frecuentes los suspensos entre los estudiantes, incluso cuando has estudiado mucho y piensas que dominas la materia en profundidad. Así que no te martirices.
Tus notas no te definen.
Son solo un resultado y creéme que en unos años cuando echas la vista atrás este examen no tendrá ninguna relevancia.
Imagina… ¿Qué le dirías a un amigo tuyo que hubiera suspendido un examen? ¿Le dirías que debería pensar en dejar los estudios y buscar trabajo?
O, por el contrario, le dirías que un suspenso le sucede hasta los mejores estudiantes y que siga adelante…
Piénsalo y no seas tan duro contigo mismo.
En lugar de criticarte, podrías decirte… “Podría practicar con exámenes similares. Voy a pedir al profe una revisión para preguntarle mis dudas sobre la materia y que me dé algún consejo para la recuperación”.
Al cambiar tu discurso interno y enfocarte en la solución, te sentirás mejor.
Piensa que si genios como Einstein tuvieron problemas con sus estudios, los demás mortales no debemos sentirnos un fraude por un suspenso o ¡varios!
Piensa que estás aprendiendo a examinarte de otra forma, que el fallo forma parte del aprendizaje y que más de una torta nos vamos a dar, pero lo importante es levantarse y seguir hacia delante.
También te puede ayudar a sentirte mejor escribir tus preocupaciones por escrito.
A veces simplemente plasmar con tu puño y letra sobre una hoja cómo te sientes ya te sirve de desahogo.
Te permite distanciarte y ver la situación desde otra perspectiva y con mucha menos carga emocional.
Y si aún así la situación te sigue superando, busca ayuda profesional.
No pasa nada, de hecho es lo más sensato.
Cuando una situación nos desborda está bien hablarlo con amigos o familia, pero ellos no siempre tienen los recursos para ayudar.
Por ello, cada vez más universidades dan importancia a este tema y suelen tener servicios de apoyo psicológico para sus alumnos.
No tengas miedo de preguntar.
En tu universidad y también a tu médico de familia.
Un abrazo grande,
Kini
Equipo YAQ.es
Cómo Estudiar Lo Que Quieres Aunque No Te Dé La Nota