Las habilidades también se aprenden

Cada vez son más las instituciones educativas que se preocupan de formar en habilidades, además de en conocimientos técnicos, con el fin de facilitar la empleabilidad de sus alumnos.

Con este objetivo, la Universidad Antonio Nebrija acaba de presentar el “Diploma Nebrija Lidera” que consiste en un programa para la formación práctica en las competencias profesionales más demandadas por las empresas como hablar en público con naturalidad o trabajar en equipo y que comenzará a impartirse a partir del próximo curso.

El “Diploma Nebrija Lidera” se incorpora a cada una de las titulaciones de grado de esta Universidad y se estructura en dos partes. Una, de competencias profesionales, común a todas las carreras, y compuesta por talleres obligatorios; y otra, de especialización, que permite en cada titulación elegir entre una selección de asignaturas para profundizar en áreas de tu interés.

Otras instituciones educativas como la Universidad Alcalá o la Carlos III, también han lanzado iniciativas pioneras en este campo. El “Plan para el Desarrollo de Habilidades y Competencias” que la Universidad de Alcalá ha lanzado durante este curso trata de fomentar entre sus alumnos aquellos aspectos que favorecen la capacidad de conseguir un trabajo. Purificación Moscoso, Vicerrectora de Armonización y Planificación Europea y coordinadora de este programa, nos comenta que el mejor lugar para asimilar estos conocimientos es en el propio aula, donde el estudiante ha de mantener una actitud activa ante el aprendizaje. Purificación destaca que las empresas, a la hora de seleccionar candidatos, establecen dos perfiles. El primero comprende las llamadas “habilidades técnicas”, que son los conocimientos específicos de las distintas titulaciones, el dominio de idiomas y el uso de la informática. El segundo perfil agrupa las “habilidades sociales”, que se corresponden con capacidades como la comunicación, el trabajo en equipo o el liderazgo. “Si bien a ambos perfiles se les otorga un peso del 50%, la selección se centra fundamentalmente en las habilidades sociales que demuestran los candidatos, de ahí la importancia de fomentar el desarrollo de éstas durante la carrera”.

Por su parte, la Universidad Carlos III viene desarrollando el Programa de Mejora Personal. Se trata de un ciclo de cursos que pretenden contribuir al desarrollo integral de los alumnos. La metodología del curso es muy participativa, fomenta el debate y el intercambio de ideas, la profundización en los contenidos, y la aplicación de las técnicas aprendidas. Desde su gabinete psicopedagógico, intentan transmitir a todo el colectivo de estudiantes lo importante que es vivir la vida académica con intensidad. “El alumno es un pilar fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje, y es fundamental que tenga un papel activo para optimizar el aprendizaje”, comenta Guillermo Ballenato, responsable del programa. “La educación –explica- es mucho más que una clase, un examen, un título. Es una oportunidad para desarrollar valores, y aprender también a ser solidario, a cooperar, a compartir, a respetar y valorar las diferencias, a crecer, y a construir una sociedad más justa”.

Los centros de estudio y escuelas de negocio, con un enfoque muy próximo a responder a las necesidades de la empresa, también llevan tiempo potenciando el desarrollo de habilidades a través de cursos y actividades específicas. Por ejemplo, EUSS (Escola Universitària Salesiana de Sarrià) ofrece una asignatura para fomentar las habilidades de comunicación (Técnicas y Habilidades Comunicativas y Sociales -THCS). Juani Mesa, psicóloga educativa y profesora de esta asignatura, dice que “se puede ser un gran técnico o científico y ser una persona intratable, incapaz de ponerse en el lugar del otro, de escuchar, de comunicar adecuadamente la información”. Para Juani este problema tiene solución mediante el fomento de habilidades que se pueden enseñar y también aprender.

En ESEC, escuela española del Grupo Toulouse Business School, saben que en el mundo de la empresa los conocimientos adquiridos son importantes, pero que lo esencial son las competencias y las actitudes que permiten “saber hacer y saber estar”. Por eso, proporcionan a los estudiantes herramientas para que, además de aprender, puedan poner en práctica estos conocimientos y se desarrollen como profesionales. “Nuestro sistema de enseñanza tiene un componente fuerte orientado a la integración en la empresa, a través de situaciones reales o simuladas (casos, talleres, simulaciones, prácticas), donde se ponen en práctica los conocimientos adquiridos”, apunta Olivier Benielli, director de la Escuela. De esta forma, “enseñamos, por ejemplo, a tener una visión global para decidir, correctamente, cómo desarrollar una actividad en colaboración con un grupo, a adaptarse a un entorno determinado, y a ser constante, ya que toda eficacia en nuestro ámbito está determinado por estos factores”.

Pues ya sabes, a la hora de elegir dónde estudiar, fíjate también en cómo te ayudarán  a conseguir tus metas profesionales.