Encuesta COVID-19: Los estudiantes opinan sobre la gestión de la crisis

El Coronavirus Covid-19 está cambiando de golpe muchas de nuestras rutinas y hábitos. Para la mayoría de estudiantes, ha significado pasar de clases presenciales a estudiar a distancia. Todo de golpe y prácticamente sin previo aviso.

¿Cómo están viviendo esta situación sin precedentes? ¿Qué impacto está teniendo en su aprendizaje?

Para conocer la realidad de la situación, lanzamos una encuesta a estudiantes de Bachillerato, FP Superior y Universitarios. Un total de 1.228 estudiantes preuniversitarios y 1.116 universitarios participaron, y sus respuestas son en muchos casos sorprendentes.

Tras leer y analizar TODAS las respuestas que recibimos, en este artículo te resumimos las conclusiones más importantes y llamativas. 

Dividimos los resultados en dos secciones:

• Visión de los estudiantes de Bachillerato y FP Superior
• Visión de los Universitarios

Visión de los estudiantes de Bachillerato y FP

A los estudiantes que quieren empezar una carrera universitaria el próximo curso, esta crisis les ha pillado en un momento especialmente sensible. 

A poco de terminar el curso, con Selectividad aún por delante, todo se les ha puesto patas arriba. De repente, nada es seguro. Hay importantes dudas sobre cómo se va a evaluar el curso, cómo y cuándo será el exámen de Selectividad, y qué realidad habrá en los campus universitarios en septiembre, entre otras.

Al analizar las respuestas recibidas de estudiantes de Bachillerato y FP, hemos detectado tres tendencias importantes. Vamos a repasarlas una por una.

1. Uno de cada tres estudiantes dice que esta situación está impactando en su elección de grado y/o universidad

Precisamente, el 36% de estudiantes preuniversitarios que respondieron a la encuesta nos dijeron que la situación está impactando en su decisión de qué y dónde estudiar.

¿Cuáles son los motivos?

Voy a sacar peor nota

Como ves, el principal motivo son las notas, indicado por el 41%. Estos son estudiantes que creen que van a sacar peores notas por la situación y, por tanto, ven más probable que no entren en su primera opción.

Así nos lo explica una estudiante de Málaga. “Está afectando mi decisión porque necesito una nota alta para lo que quiero y por este estado de alarma no voy a poder hacer las recuperaciones correspondientes”.

Otros estudiantes dudan incluso de si van a aprobar Bachillerato. Por ejemplo, un estudiante de Zaragoza nos dice “No es una nota muy alta la que se necesita, pero en este momento no sé ni si aprobaré todas debido a la gran carga que tenemos que estar soportando y el estrés.”

Los estudiantes están abiertos a nuevas opciones

“Como no sé cómo va a acabar esto, he hecho más planes b, c, d... Etcétera.”

Debido a esas dudas sobre sus notas, muchos estudiantes están ampliando el número de grados y universidades que están mirando. Quieren pensar bien sus alternativas de antemano, como nos dijo un estudiante de Málaga. “Como no sé cómo va a acabar esto, he hecho más planes b, c, d... Etcétera.”

(Si es tu situación, echa un vistazo a nuestro libro “Cómo estudiar lo que quieres a pesar de la nota de corte”.)

2. Estudiantes que pensaban estudiar fuera de su provincia, o fuera de España, ya no lo tienen tan claro

De quienes dicen que la pandemia está afectando la decisión de qué y dónde estudiar, para el 22% es porque querían estudiar fuera, pero ya dudan de si podrán. Eso, o directamente ya lo descartan.

“Quiero estudiar en Salamanca, pero con esta crisis no sé si mi familia va a poder dejarme ir allí.”

El principal motivo que dan es económico. Hay muchas familias que de repente se encuentran en apuros financieros, y el coste de estudiar fuera ya es una barrera importante. El comentario de este estudiante de Cáceres es típico. “Quiero estudiar en Salamanca, pero con esta crisis no sé si mi familia va a poder dejarme ir allí.”

Pero también hay estudiantes que ya no se plantean ir a zonas como Madrid golpeadas especialmente por el Coronavirus. Un ejemplo es este estudiante de Huelva que nos dice simplemente “Sí, quería Madrid pero hay muchos contagios.” O un estudiante de Teruel que confiesa su miedo a nuevos brotes del Coronavirus y “el miedo a que ese brote me pille fuera de mi ciudad me afecta.”

3. Hay un alto nivel de estrés, frustración y hasta depresión entre los preuniversitarios

La incertidumbre y la falta de información claramente está pasando factura al estado de ánimo de los jóvenes.

El 61% de los encuestados dice no saber nada de cómo se les va a evaluar el fin de curso. El 52% piensa que van a sacar peor nota por culpa del confinamiento (aunque para algunos esto no afecta a su decisión de qué o dónde estudiar.). Incluso hay un 3% que se plantea directamente abandonar Bachillerato o no presentarse a la Selectividad debido a la crisis.

La época de Selectividad es estresante en un año normal. 

Si añades además:

• El no saber cómo se va a evaluar el curso
• Centros que no están preparados para la enseñanza a distancia
• El estrés del confinamiento y de la pandemia en sí
• Lo difícil que puede resultar concentrarse y estudiar con toda la familia en casa…

Con todo eso es normal que muchos estudiantes lo estén pasando mal.

El comentario que nos dio un estudiante de Zaragoza capta el pensamiento de muchos estudiantes. “La verdad que la adaptación es complicada y tenemos profesores que están aprovechando para mandar todo el temario a un ritmo que no es el de clase porque íbamos retrasados, esto supone un estrés constante que sumado a la incertidumbre de las notas y el modo de calificar es bastante duro”.

Visión de los Estudiantes Universitarios

Si los estudiantes de Bachillerato y FP están estresados por el cambio a clases online y la incertidumbre que genera respecto a su futuro, los estudiantes universitarios también. 

Los universitarios: críticos con la gestión de las universidades 

Preguntamos a los universitarios por cómo deberían las universidades gestionar la situación actual. Sus respuestas se pueden agrupar en 4 reclamos principales.

1. Mejorar la calidad de la formación online

La mala calidad de la enseñanza online que están recibiendo es con diferencia la queja más extendida entre los estudiantes. El 47% de los estudiantes, prácticamente la mitad, nos han denunciado graves deficiencias. 

Aquí relatamos los problemas que han suscitado mayor enfado y frustración.

Profesores que no dan clases ni explican la materia

La queja más frecuente es que hay profesores que no dan clases ni por videoconferencia ni pregrabadas, y se limitan a subir apuntes… si eso.

Recibimos muchas reivindicaciones como el de este estudiante de Madrid:  “Los profesores deberían de hacer TODOS clases online todos los días con total normalidad. No puede ser que el de Derecho del Trabajo por ejemplo, que es una asignatura en la que es esencial la explicación, pues se niegue a hacer clases.”

“Resulta complicado seguir el ritmo cuando los profesores no mandan explicaciones de teoría ni hacen clases virtuales."

O este de un estudiante de Las Palmas  “Resulta complicado seguir el ritmo cuando los profesores … no mandan explicaciones de teoría o prácticas importantes, no hacen clases virtuales o mandan simplemente ‘apuntes’ con palabras sueltas y del resto, ‘búscate la vida’".

Más directo es este estudiante que nos comenta desde Salamanca: “Una clase online no es mandar dos correos que pongan ‘hola, ¿tenéis alguna duda?’ y ‘adiós’".

Profesores que no son accesibles para resolver dudas

También se lamentan de la falta de acceso a los profesores para resolver dudas, como relata un estudiante de una universidad de Madrid. 

“Hemos tenido que escuchar frases como ‘No contesto a los correos de los alumnos, no puedo atenderos de forma individualizada porque sois muchos’. O incluso aguantar notas a nuestros trabajos y prácticas sin que se nos haya explicado en qué consistían los errores cometidos.”

Esta estudiante en Granada profundiza en el tema, y habla del impacto personal que puede tener.  “Los profesores, la mayoría de ellos -no todos-, no nos han apoyado como deberían, ni han ejercido la docencia que les corresponde, se han lavado las manos y eso me puede costar un suspenso y la pérdida del año.”

Un estudiante en Barcelona resume así el sentir general de los estudiantes: “Tod@s los profesores deberían estar a nuestra disposición para dudas, tutorías y cualquier cuestión que los estudiantes consideremos.”

Un exceso de trabajo

Este tema surgía con especial frecuencia en la encuesta. Lo dice claro un estudiante en Vitoria. “Los profesores nos han duplicado los trabajos.”

Ha subido la carga de trabajo, y a muchos estudiantes no les da la vida, como a este estudiante de Tenerife. “Llevo el mismo hábito de trabajo que en la uni presencial, de 8 a 2 pm, y después de 4 pm a 8 pm... Y, sí, no hay tiempo suficiente para cubrir el cúmulo de trabajo que piden.”

A falta de decidir en muchos casos qué peso tendrán los exámenes finales (o sí los habrá siquiera), parece que muchos profesores han decidido multiplicar el número de tareas y trabajos que mandan a los estudiantes.

La situación se complica porque muchos estudiantes encuentran obstáculos para estudiar recluidos en casa. Factores como estar con mucha gente en un piso pequeño, no tener una conexión de Internet fiable, tener familiares enfermos o el estrés general de la situación dificultan la concentración y el estudio.

“Ahora los profesores van más rápido y mandan más deberes y más cosas para hacer porque piensan que tenemos mucho tiempo, pero en verdad ahora somos menos productivos que antes”, nos comenta un estudiante de Vizcaya.

Algunos estudiantes se ven obligados a elegir entre hacer los trabajos o estudiar para unos exámenes finales que no saben realmente si habrá.

Un estudiante en Albacete pide a su universidad “O centrarse en la prueba final mediante explicaciones por videoconferencia, apuntes, etc. o evaluar con trabajos”. Pero no ve posible compaginar los dos. “Con los trabajos, apenas tengo tiempo para estudiar. Si estudio, los trabajos los tengo que hacer rápido y mal y así no aprendo”.  En este mismo sentido se expresa un estudiante en Granada. “Si no explican los temas, qué menos que dejarnos tiempo para prepararlos y no acribillarnos con prácticas”.

Otro estudiante en Madrid lo expone así: “No podemos estudiar en bibliotecas y tenemos un exceso de trabajos, que en situaciones normales no nos hubieran mandado tanto. Dicen que es para evaluarnos y que contará, pero siguen diciendo que va a haber exámenes finales”.

Profesores que no saben usar las plataformas digitales

Parte del problema es que, según nos cuentan muchos estudiantes, demasiados profesores no saben bien manejar las plataformas digitales que su universidad ha adoptado.

“Han sido incapaces de enseñar a los profesores las funciones básicas."

Este comentario de un estudiante en Madrid es frecuente. “Han sido incapaces de enseñar a los profesores las funciones básicas de Collaborate, qué es lo que se usa para exámenes online y las clases virtuales”.

Otro estudiante en Granada sentencia: “Lo malo es que la mayoría de los profesores no están preparados para esto. Son personas de más de 50 sin interés en la tecnología o de aprender distintas formas de enseñanza. Por eso estamos perdidos, porque no saben cómo dar sus clases ahora, cuando se quedan sin su pizarra”.

Indiferencia percibida del Rectorado a este problema

Otra fuente de frustración para los estudiantes es la indiferencia al problema que muchos perciben por parte de los administradores de sus universidades. 

Esta estudiante en Cáceres relata su experiencia.

“Yo tengo 6 asignaturas porque soy alumna de doble grado y solo 1 profesor nos está dando clases por videollamada. Nos hemos quejado al rector, a la vicerrectora, al defensor de los estudiantes... a todos y aún no nos han dado una solución.”

Muchos piden que las universidades controlen más a los profesores. 

Es típico lo que comenta este estudiante en Valencia, que dice que las universidades deben “exigir y presionar a los profesores que únicamente suben apuntes cuando por voto generalizado de la clase exigen explicación de las lecciones por su dificultad”.

Otro ejemplo es este comentario de un estudiante en León: “Deberían obligar a los profesores a dar clase en lugar de subir el temario y olvidarse de sus alumnos como muchos hacen (una profesora lleva sin respondernos los correos desde antes de Semana Santa)”.

2. Tomar decisiones con más rapidez e informar con más transparencia

Sobre todo, quieren saber ya cómo y cuándo va a ser la evaluación este año. 

Según la encuesta, el 42% de universitarios aún no saben cómo se les a a evaluar este año, lo cual les estresa y les desmotiva.  

Muchos estudiantes han incidido en el estrés que supone no saber cómo te van a evaluar, a un mes (o menos) de los exámenes. Un estudiante de una universidad pública madrileña lo resume así. “Sobre todo que nos informen lo antes posible, lo peor es la incertidumbre”. 

Además, algunos estudiantes confiesan que les desmotiva no saber si van a tener exámenes, o si se evaluarán por tareas y proyectos, o una combinación. Como nos contó una estudiante de una universidad de Valencia: “Estoy intentando estar al día en las asignaturas más pesadas, pero sinceramente no sé si siquiera si me va a servir de algo porque no sé cómo nos van a evaluar. Es muy frustrante.”

En muchas universidades, aún existe mucha indecisión sobre temas como:

• Qué peso dar a trabajos frente a exámenes
• Qué formato deberían tener los exámenes online
• Cómo administrar exámenes online 
• Cuándo serán, y si podrán hacerse exámenes presenciales

Una estudiante en Tenerife resume el sentimiento de muchos universitarios en estos momentos: “Nos estamos viendo con el tiempo y el agua al cuello y aún no sabemos ni siquiera de qué nos tenemos que examinar”.

“Nos estamos viendo con el tiempo y el agua al cuello y aún no sabemos ni siquiera de qué nos tenemos que examinar”

Desde Cáceres nos llega otro comentario típico: “Me encuentro en una situación de mucho agobio, puesto que nos han atrasado el periodo de exámenes, no sabemos todavía cómo van a ser las evaluaciones, y sobre todo, que no todos los profesores no están poniendo facilidades”.

Un estudiante en Madrid se suma a los que piden “fijar las fechas de exámenes y el calendario de forma precisa. Si no se sabe si se puede en junio o julio que se hagan en septiembre, pero que no nos dejen con esa incertidumbre”.

El impacto de la incertidumbre en la economía de los estudiantes

Algunos estudiantes resaltan también consideraciones económicas, como este estudiante en Valencia: “No podemos estar esperando aún noticias cuando estamos pagando el alquiler del piso y la matrícula y aún no sabemos nada”. O este otro de Granada: “He dejado un piso en Granada que solo alquilaba por las clases presenciales, y ahora no sé qué será de él ni de los pagos que me quedan, porque no he visto ninguna solución clara y tampoco se me ha ingresado la beca”.

Más orden y transparencia en las comunicaciones

Mejorar la comunicación

"Solo nos llegan propuestas que cambian en cuestión de horas."

Otro de los reclamos frecuentes es que las universidades, además de ser más ágiles en la toma de decisiones importantes, que pongan más orden y transparencia en las comunicaciones con los estudiantes.

“Deberían gestionar mejor la información que estamos recibiendo los alumnos. Solo nos llegan propuestas que cambian en cuestión de horas y al final, ya no sabemos qué información es creíble y cuál no”. Es la reclamación de un estudiante en Zaragoza.

Otro en Granada se lamenta, “nos tienen mareados y las medidas las toman tarde y unilateralmente”.

3. Dar menos peso a los exámenes, y más a la evaluación continua

En vista de que la carga de trabajos ha crecido para muchos estudiantes a causa del cierre de las aulas, quizás no es de extrañar que los estudiantes quieran que estos trabajos tengan un peso importante en su nota final.

Algunos estudiantes reclaman directamente que no haya exámenes. Es el caso de este estudiante en Málaga. “Deben eliminar los exámenes, y evaluar a través de trabajos individuales. Pero que esos trabajos sean corregidos y nos indiquen qué está mal para mejorar”.

Otros piden simplemente que al computar la nota final se dé menos peso a los exámenes y más a los trabajos. La propuesta que nos dio un estudiante de Murcia es representativa. “Disminuir el porcentaje que va a contar de examen y aumentar el de trabajos. Añadir algún trabajo (que también se aprende bastante realizándolos) y no preguntar en exámenes el temario que no haya dado tiempo a dar".

4. Empatizar más con los estudiantes

Dos de las palabras más repetidas en la respuestas que recibimos a la encuesta fueron “empatía”, y “facilidades”.

Estas palabras de un estudiante de Granada resumen el sentir de mucho estudiantes. 

“Lo más importante es la empatía. Si la tuvieran no haría falta ninguna medida. Se adaptarían a nosotros y a la situación. Sin embargo, a pesar de la situación tan heavy (donde la gente está muriendo cada día, y los estudiantes no somos ajenos ni mucho menos a esas muertes) nos siguen tratando como de costumbre; una panda de jóvenes vagos, sin más responsabilidades que la de estudiar. 

Pero tenemos, historias, responsabilidades y problemas, y esta situación no hace más que agravarlos. 

Los profesores, y sobre todo la universidad, son condescendientes, no se dan cuenta que esa actitud deja mella en los alumnos, e incluso nos deprime. Ahora no ha cambiado nada; la lógica que siguen de acribillar con prácticas sin dejar siquiera tiempo para preparar los exámenes o los temarios que ellos no han preparado por la “pandemia” sigo sin entenderla.”

Leyendo todas las respuestas que recibimos, quedó claro la gran variedad de dificultades a las que se enfrentan los estudiantes en estos momentos. Aquí hay una pequeña muestra de los testimonios que hemos recibido.

Estudiante en Huelva: “Intento seguir la rutina de la misma manera que presencial aunque a veces es imposible debido a problemas en la conexión, problemas en la plataforma, en mi casa vivimos 5 personas y no es el mismo ambiente que en una clase o biblioteca”.

Estudiante en Tenerife: “Desde que mi hermana y mi madre también tienen que estudiar y trabajar en casa, las dinámicas se han visto afectadas y a veces es muy difícil coordinarnos durante las horas de estudio y trabajo”.

Estudiante en Cuenca: “Estoy perdiendo familiares y ni siquiera puedo decirles adiós. La conexión me falla muchísimo y limita mis quehaceres”.

Estudiante en Madrid: “No todo el mundo está en las mismas condiciones y nos están pidiendo que estudiemos como si no pasara nada cuando pasa de todo; estamos viendo a familiares enfermar (y en el peor de los casos morir), a nuestros padres quedarse en paro, tener un ERTE o ser autónomos y no obtener ingresos”.

Estudiante en Madrid: “Tengo mucho estrés y ansiedad. En mi casa han despedido a mi madre y a mí me han hecho un ERTE”.

Estudiante en Valencia: “Mi universidad está haciendo oídos sordos a todas las peticiones que el alumnado les está demandando. Nos están exigiendo exactamente lo mismo que si se tratase de una situación normal y no son capaces de adaptarse”.

Estudiante en Cáceres: “Pedimos facilidades y ¡comprensión! Somos una voz apagada que no nos dejan expresarnos. Entendemos perfectamente la situación, tengo a mis padres en primera línea... y ¿quién tiene en cuenta mi situación como la de otros muchos?”.

Y tú, ¿qué opinas?

¿Te identificas con los resultados de las encuestas, o alguna de las opiniones de los estudiantes que hemos citado? ¿Cómo estás viviendo la situación? Nos encantaría conocer tu opinión. ¡Participa en la conversación dejando un comentario abajo!