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Las pellas de los profes

Paula YAQ
15/01/2007 - 17:51

La Complutense reacciona ante el ausentismo de sus profesores.

Llegas a clase, son las nueve de la mañana y todavía tienes la almohada pegada a la oreja. Esperas sentado a que llegue el profesor, pero nunca llega. Que esto suceda un día te puede alegrar la mañana, pero si todos los días que tienes esa asignatura ocurre lo mismo, la alegría se torna en frustración. Esta situación la viven hoy muchos universitarios, estudiantes que se ven obligados a soportar la negligencia de algunos profesores que siguen cobrando su sueldo con total abuso.

Algunas universidades públicas, alertadas por las voces críticas de los alumnos, han comenzado a implantar sistemas de control que les permitan evaluar la calidad de su sistema docente. El año pasado, la Universidad Complutense de Madrid lanzó un novedoso y poco ortodoxo sistema de control de asistencia que implica a los alumnos como inspectores anónimos de los profesores. Entre los meses de enero y mayo, la Complutense puso en práctica la iniciativa Encuesta-Panel, un sistema consistente en la recopilación de datos estadísticos a partir del testimonio de los propios alumnos.

Mediante unas fichas que los estudiantes reciben por correo electrónico, se anotan las faltas de asistencia de los docentes, y las faltas sustituidas por otro profesor y se especifica también el grado de cumplimiento del horario oficial establecido por el Centro. Sin embargo, la ficha no especifica el nombre del profesor, por lo que la posibilidad de sancionar a un maestro que no cumple con su obligación de asistir a clase es mínima. Según un representante del Servicio de Comunicación de la Universidad, “no se trarta de evaluar la calidad docente, sino de tener un seguimiento estadístico de la misma”.

La Inspección de Servicios de la Complutense, órgano encargado del seguimiento y control de la disciplina universitaria, seleccionó al azar, el curso pasado, una muestra de 1.355 estudiantes para formar parte del proyecto, pero tan sólo 406 quisieron participar en la experiencia. Ese 30% de alumnos que accedieron a tomar partido en la Evaluación Docente, obtuvo un crédito de libre configuración como recompensa.

Los datos estadísticos extraídos de la experiencia del curso pasado desvelaron una situación alarmante que vulnera el derecho del estudiante a recibir las enseñanzas teóricas y prácticas que está pagando. De los cinco meses muestreados se concluyó que al 9,9% de las 4.437 clases programadas no acudió el profesor, es decir, que casi en una de cada diez clases no estuvo el maestro titular. De ese 9,9% de clases a las que no asistió el profesor titular, un 4,5% fueron impartidas por un suplente. Al 4,4% de las clases restantes, unas 200 en total, no fue ningún profesor.

El Consejo de Gobierno de la Universidad Complutense fijó como objetivo para este curso rebajar en 2,5 puntos el porcentaje de inasistencias del profesor titular de la asignatura y en 1 punto las clases no impartidas. Para alcanzar este objetivo se aprobaron una serie de medidas encaminadas a mejorar la asistencia de profesores y garantizar, de este modo, las horas lectivas a las que todos los estudiantes tienen derecho. Entre dichas propuestas destaca la puesta en marcha de un plan de visitas de inspección a los Centros que superan la media de la UCM en cuanto a clases no impartidas.

A pesar de los esfuerzos de la Complutense por reducir el problema, hay alumnos que aún se quejan de no recibir las horas lectivas que pagó en su matrícula. Es el caso de Pepe, estudiante de Periodismo: “Llevamos tres meses sin que aparezca nuestro profesor de Tecnología de la Información”, comenta. “Nos han dicho que se jubiló antes de tiempo y aún no han sido capaces de encontrarle un sustituto”.

La Universidad Complutense no está sola en su preocupación por la asistencia de sus profesores a sus puestos de trabajo. La Universidad de Sevilla inauguró hace más de un año el Servicio de Inspección Docente, un aparato de control que obliga a sus profesores firmar a diario. Este Servicio además recoge un informe mensual de decanos y directores de departamentos e incluye la visita de un inspector docente por cada cuatrimestre.

También en Sevilla, la Universidad Pablo de Olavide realiza un control anual de su plantilla docente mediante la intervención de una consultora externa. Ésta se encarga de repartir a los alumnos unas plantillas de preguntas relacionadas con la actividad docente del centro y los resultados se hacen públicos por un mecanismo propio del centro. En este caso no sólo se examina la asistencia del profesor, sino también la calidad de sus métodos lectivos.

En Barcelona, la Universidad Pompeu Fabra lleva realizando desde su inauguración una evaluación trimestral de sus profesores. Aquí son también los estudiantes los encargados de reflejar su parecer con respecto a la actividad docente del centro, evaluándola del 1 al 10 según su grado de satisfacción. Para que los alumnos se sientan libres de responder lo que piensan, las valoraciones son anónimas y se realizan mediante intranet.

El proyecto de la Complutense, donde son los infractores quienes gozan del anonimato, queda aún muy lejos de los sistemas establecidos por algunas universidades privadas. Los alumnos opinan a menudo sobre la calidad de sus profesores, quienes deben cuidarse de su profesionalidad para no ser sancionados disciplinariamente o despedidos en última instancia.

Puedes encontrar más información sobre el sistema de control establecido por la Complutense pinchando aquí.

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Comentarios

foto de anómino

anómino
18th ene 2007

george orwell

Con la de incompetentes que me he encontrado dando clase en mi facu (en Granada), quizá sea mejor a veces que se queden en casa.