Los viajes al extranjero para aprender idiomas aumentaron un 20% en 2017

Según el informe “Inmersión lingüística y aprendizaje de idiomas” realizado por la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce), el número de alumnos españoles que viajó al extranjero para aprender idiomas aumentó un 20% en 2017 respecto al año anterior.

Más del 70% de las personas que viajaron al extranjero el año pasado eran menores de edad, el 30% restante son adultos, estudiantes y profesionales que buscan mejorar su calidad de vida y perspectivas laborales. “Esto parece ser consecuencia de la recuperación económica, ya que durante los años de crisis, los padres de familia han tomado una mayor conciencia de la importancia de estudiar idiomas a la hora de buscar trabajo”, afirma el presidente de Aseproce, Óscar Porras.

Según este estudio, el país preferido por los españoles para aprender inglés es Gran Bretaña, elegido por el 35% de personas que viajaron al extranjero en 2017, seguido de Irlanda (29%) y Estados Unidos (19%).

Por otro lado, el país que más aumentó su número de visitantes fue Canadá, que se encuentra en la cuarta posición, con un 10% de visitas. “Los alumnos españoles eligen cada vez más este destino por las facilidades que ofrece el Gobierno canadiense a la hora de recibir estudiantes, facilitándoles al máximo la integración en su cultura y mercado laboral mientras dure la estancia”, asegura Porras.

El presidente de Aseproce, señala que el aprendizaje de idiomas es imprescindible para el futuro mercado laboral. “Con un mercado laboral tan complicado como el actual, es determinante hablar bien otros idiomas, ya que el dominio de lenguas, especialmente el inglés, puede elevar el nivel salarial. De un ejecutivo hasta un 40%).

Madrileños y catalanes, los más aventureros

El estudio también muestra que de todas las Comunidades Autónomas, los madrileños y catalanes son los más preocupados por aprender inglés.

“El aprendizaje de un idioma no sólo depende de los estudios académicos. Es algo mucho más complejo, donde intervienen muchos factores como la convivencia con otras culturas y el desenvolverse en situaciones cotidianas. De esta manera se desarrolla el idioma mucho más que en una clase de inglés normal”, destaca Óscar Porras, presidente de Aseproce.